domingo, 10 de marzo de 2013

Somos un colibrí

Dos colibrís de EQUOTRÍO
Dice la leyenda guaraní que tras declararse un devastador incendio en el bosque, un colibrí surcó el cielo cargado con siete gotas de agua en el pico directamente hacia el infierno, justo en dirección contraria al resto de animales que huían despavoridos.
A su regreso el jaguar le increpó:

- ¿Qué haces colibrí? ¿Es que acaso pretendes apagar el incendio tu solo con las escasas gotas que llevas en el interior de tu minúsculo pico?"

A ello el colibrí respondió:

- Yo sólo hago mi parte.

Y tras decir esto, regresó al lago a por más agua.


Equotrío es un colibrí. Somos pequeños pero en la esencia de nuestro proyecto late el germen de un objetivo a gran escala : la construcción de un mundo más justo para todos.

En este momento Tavi Ribelles y yo, Patricia, nos dirigimos hacia Madrid en el viejo Scénic del 99 cargados de alimentos obtenidos a conciencia y en conciencia: calabazas, habas tiernas, naranjas, mandarinas, aguacates, pan artesano, mermelada...
Lo hacemos por nosotr@s, por todos vosotr@s y por los que vendrán.

Tras la entrevista en la Cadena Ser hemos recibido un gran número de llamadas, mails y peticiones de colaboración. Esta enorme corriente solidaria deja constancia de que el contexto actual está generando en nuestro interior una necesidad de cambio.
Una a una hemos ido contestando a todas vuestras propuestas de colaboración y peticiones de ayuda, y seguiremos haciéndolo con la mayor ilusión, canalizando toda esa energía positiva.

Nuestra infraestructura es pequeña, recordad somos un pequeño colibrí, pero desde hace varios días estamos trabajando para insuflar esperanza y respuestas: dar a conocer nuestro modelo de funcionamiento, para brindar la posibilidad de ser implantado en cualquier punto geográfico de nuestro país: la creatividad y la cooperación son la clave.

Si permanecen unidos, muchos colibrís son capaces de transportar gran cantidad de agua, y cuando esto sucede, ya no habrá incendio por muy devastador que pueda parecer, que vuelva a hacernos sentir insignificantes. 
No se trata de una arenga, de palabras vacías. Es una llamada a tu universo interior: imagina el mundo en el que quieres vivir y ponte en acción para materializarlo.
El futuro está en nuestras manos. Paso a paso, juntos podemos.



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