viernes, 15 de marzo de 2013

Una uva no es vino



Una uva no hace racimo. El racimo no hace viña. La viña no hace viñedo. Entonces, ¿acaso una sola uva puede convertirse en vino?

Si eres uva, súmate al racimo, súmate al viñedo. Convierte la sal de la tierra en simiente y las nubes del cielo lloverán para todos y calmarán la sed.

Construye, no destruyas, no vayas en contra si puedes ir a favor. Tu energía puede ponerse al servicio de propósitos que trasciendan a tu propio interés, para así regresar al polvo convencido de que tu vida no ha discurrido en vano.
Más allá de tí, la simiente se convertirá en uva, la uva en racimo, el racimo en viña y la viña en viñedo.
Existen leyes tácitas, no impresas en papel pero inherentes al ser humano. Inteligencia y energía creativa son virtudes que todo ser humano puede poner en práctica con un objetivo compartido: el bien común.

¿A quién puede molestar la existencia de un proyecto como Equotrío? 
Quizá solo a aquellos cuyas palabras y acciones están vacías de contenido. No basta con decir “soy” hay que “ser” cada instante de nuestra vida sin demostrar a nadie "lo que se es".

¿Quién puede atreverse a negar el pan al agricultor que cultiva los frutos de nuestro sustento a pulso y en conciencia? 
¿Es que acaso éstos han de comer piedras mientras el resto comemos manjares?

¿Eres uva o eres racimo? ¿Eres viña o viñedo? ¿Eres nube, lluvia, tierra?
Todo suma, no restes, porque ninguna de tus palabras y actos son en vano.

Súmate a la ecuación Equotrío: AGRICULTORES Y CONSUMIDORES unidos por el bien común.

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